lunes, 7 de septiembre de 2009

Obra de dios

Claro que para enfatizar más su devoción hacia su ser supremo le ponen una d mayúscula a quien dice ser su deidad, como si de esa forma puedieran darle más poder, y por supuesto, darse más poder.
Claro, SERÁN DRAGONES. De hecho ya son dinosaurios.
Es muy pretensioso reclamarles algo de lucidez y entendimiento a quienes ayudan al pobre desde su oficina en una capital de país, y no desde las trincheras. Hacen igual que Hitler.
Es que yo también sé que manejar gente anónima para mí desde un despacho, sabiendo lo que debería hacer cada uno es muy sencillo, casi de memoria. Todos aprendemos la teoría y sabemos que esta debería funcionar aunque sea con un cierto porcentaje mínimo de error. Pero la teoría se desarrolla en la práctica y ésta la corrige y aún destruye. Pasa con el capitalismo, pasa con el comunismo y pasa con la anarquía. También con la religión.
Serán Dragones. De hecho ya son dinosaurios.
Acometer a la sociedad con un as bajo la manga para librarla de los que viven en el error, preparando el camino hacia el más duro fundamentalismo que jamás se dio antes ni después en la historia humana que fue durante la edad media, y que hoy se halla en lugares y fechas más precisas en su lucha contra los nuevos herejes del siglo XX y XXI. Comunistas antes, Socialistas hoy. Mañana se matarán entre ellos, como en los inicios del medioevo fue.
Será que les preocupa que la gente haya empezado a pensar, a ver y sobre todo a opinar. Pero lo más grave les debe pesar en que parte de esa gente ha llegado, así como en el orgasmo, a largar toda su catarsis, sus complejos reprimidos y sublimados en homosexualismos o no, en diabetes o cigarrillos. Pero han llegado, y yo que estoy llegando, y empezando a sentir ese placer, esa totalidad, a ver ese círculo cerrado, también quiero estar ahí arriba, porque está siendo lindo llegar, y que dure.
Han llegado, igual al sentimiento del sistema nervioso central de Colón al poner pie en tierra hoy americana.
Han llegado, y lo mejor es que pueden hacer y sacar, plantar y quitar, y todo, todo legalmente, permitido por este hermoso y fabuloso sistema de no más de 200 años que es la democracia moderna. Fueron docientos años, pero llegaron, y yo estoy llegando. No quiero que se corte así yo también llego, y conmigo muchos otros, muchos más que hoy están llegando.
Es primavera en el sur del sur y me pinta el amor. Nos arrepentimos del pasado que vivimos pero no por el presente que hoy pudimos elegir, porque vivimos. Estamos vivos, codo a codo. No arrepentido de nuestros muertos, no de nuestra lucha, no de nuevo.
Pero hoy deslegitiman lo legal, y son los dinosaurios, dragones en su época, que parieron dolor y cenizas de su adulterio.
Serán dragones, pero claro, es un epíteto para un futuro inmediato de un pasado lejano. Ya son dinosaurios.
¿Extinguidos? Fósiles. Aún muchos creen en ellos, y muchos experimentos hacen para revivirlos. Fósiles, huevos fósiles, huesos fósiles, vejestorio fósil. En PRO de su externalidad religiosa recalcitrante traban lucha con aliados surgidos del fascismo, del fanatismo y el fundamentalismo. ¡Vaya, tres F!
Hoy empiezan a exaltarse, en un rato te hacen una profesión de fe, y luego te sacan a patadas de tu cama.
¡Ahhh! ¿Volverá a empezar la lucha? ¿Nos volverán a perseguir? ¿Moriremos encarcelados, no tendremos juicio, y nuestros hijos serán robados nuevamente?
Más abuelas de plaza necesitamos. Más madres de plaza necesitamos, antes de que vuelva a empezar. Antes que nos 'baneen'

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