miércoles, 29 de julio de 2009

Un mal bien innecesario

Para salir de la pobreza, Lula ha destacado su intención de hacer que la gente pueda optar por seguir en ella o prepararse para todo un mundo nuevo de posibilidades capacitándose en algo que Argentina intenta recuperar después de tantos años y que otros países como Chile o Bolivia recién ahora pueden jactarse de tener, esto es el acceso gratuito y libre a los recursos culturales de la patria. Sin duda que en contraposición se hallan los recursos gratuitos que ofrecen ya no un mero entretenimiento sino una insana respuesta a esta necesidad. Se trata de los actos de lesa humanidad que se ven a diario en canales tanto públicos como codificados, atrayendo en actos sexuales las mentes más brillantes y vulnerables que dispone esta nación, promoviendo en sus conciencias en fetichismo y el voyeurismo, denigrando al propio sexo y su sexualidad, obligándo al otro mediante inducciones a realizar acciones que dejan al descubierto la falta de propósito cultural en su accionar y la destrucción de toda posibilidad de diálogo entre las partes actoras, protagonistas y espectadores.
Si ya el mostrar la desnudez implica una burla a quien desearía ese cuerpo desnudo, ya sea por resolución orgásmica o por llegar a una estructura similar que le puede ser imposible lograr o innecesaria al fin y al cabo.
Todo eso para qué, se preguntaría uno, si es posible justificar esta increíble mentalidad alegando tanto libre albedrío como evolución de la conciencia moral humana. Todo eso para que el medio y el fin sea el mismo, un acto mecánico cuyo contenido ya pierde toda valoración cívica implicando a las partes a un concenso implícito de aceptación traspolando su utilidad al provecho mercantilista que se obtiene de provocar al espectador para asisitir a sus funciones aun no cobrándole pero recibiendo retribuciones a través de propagandas dentro de su soporte, cuando no sí recibiendo un abono o derecho del público espectador.
Así el vacío de contenido pasa a ser una mecanización de actos que engrandecerían a una nación y termina destruyendo su propósito y razón de ser que son sus habitantes para negar un futuro promisorio, con personas lúcidas, atentas a las necesidades de su pueblo, con profesionales que busquen la justicia y la paz, con autoridades dedicadas en su tiempo libre a caminar libremente por las veredas de su nación, con empresarios que gustosos colaboran con la promoción de las personas a un acceso fiel a las filas de la cultura junto a ellos mismos.
En fin, si cultura fue y aún lo sigue siendo sembrar una semilla, y esa semilla debe llevar fruto, o eso se espera al menos, y para que crezca debe ser sembrada, no es posible que una nación derrame sus semillas humanas en la boca, rectos o vientres feminiles o donde sea con el despropósito que esto significa de terminar siendo una burla a la misma humanidad de la cual muchas personas anhelan tener y sin embargo por cuestiones fisiológicas les es impedido.

Pongo un enlace que me pareció interesante que encontré un par de días después de escribir esto: http://www.elortiba.org/notatapa6.html

lunes, 27 de julio de 2009

Los confusos del capital

Entes regulares, que intentan ser seres, y esperan llegar a ser una especie de devenir en su generalidad con ayuda de generales muy particulares los cuales no son sin aporte de capital, que para no llamarlos corruptos le diremos corruptus a fin de no ignorar el origen de su función capital.
Ahora resulta muy importante que el corruptus no es sino un engendro salido de las mismas entrañas del pueblo que lo genera, y por lo tanto responde a su ignorancia. Trastorna los anhelos de su raíz generadora y ataca a punta de arma a cuanto pueda percibir escurrirse del sistema que lo mantiene hoy. Lo que no ve es que el sistema que lo mantiene es mantenido por su unidad generacional, su raíz generadora, y al dispararle no hace más que suicidar la nación, y haciendo esto ¡Qué mejor para aquel que le hace un aporte de capital! Capital que nunca, nunca, nunca llega a raso sino que flota en la primera capa, la de menor densidad pero mayor peso. Sino el capital habría que distribuirlo demasiado y eso sería socialismo de corruptus, lo que odian intensamente, repartir.
Ahora considere si no haría ud. lo mismo cuando ve a una persona mal vestida, llena de suciedad y escorias, con pocos o ningún diente y ni hablar del aliento y encima protesta por mejorar su condición. ¿Qué otro acto más patriótico sería sino darle mazazos? Sería abrir la economía sus necesidades, que no son sino las mismas de todos.

sábado, 25 de julio de 2009

Los fanáticos de la Libertad

Son aquellas personas que le pones estos nombres a las calles: Libertad - San Martín - General Paz - Intendente tal y que luego o en el transcurrir de esos cambios van desdiciendo todo lo que aquellos nobles nombres significan.
Primer nombre Libertad: En mi ciudad antes se llamaba Amistad. Claro, seguramente que la dictadura militar no soportaba tamaña palabra y decidió usar un concepto más 'amplio' como fácil de violar.
Sigue San Martín, ex Argentina. Bueno, demás está decir que San Martín, el general, estaba antes que existiese este país y fue uno de sus mentores, por lo que esta vez trascendió el reduccionismo militar antes que el sentido amplio en honor a tan hermoso nombre. Vale aclarar que ya había una calle con ese nombre, pero como era un barrio federal se desestimó la fusión de ambas localidades unos años después. Fanas del general los tipos, fanas nada más.
General Paz. El manco. Otro excelente general de la independencia, como tantos otros de su entorno no supo seguir las recomendación de su amigo el Gral San Martín de no entregar sus fuerzas a la guerra civil, y acabó traicionando a su patria.
Intendente... bueno quizás las personas más corruptas en su generalidad, fruto de la propia corrupción del pueblo que lo corrompe. Mas alguno sin dudas que ha sido la gran excepción, como en mi ciudad fue Marín Marotto, precursor, visionario y gran estadista que supo sentar las bases para dejar una ciudad pujante, demasiado para la calidad de políticos que hoy debemos soportar.
Así todo, lo único que leo al buscar opiniones sobre gobernantes es que hay que echarlos. Y esto es lo que dicen siempre los del mismo sector derechista. ¿Porqué demuestran así su impotencia de cambiar el mundo con sus recetas fmicistas? Mejor pásen a este lado, imagina este mundo en paz.