lunes, 3 de agosto de 2009

Si crees porque crees; si no crees, por no creer

Parece que el recurso inquisitorial, anacrónico y maldiciente del pasado aún se halla bien presente en la mentalidad subdesarrollada del hispano latino. Es decir, hay más insultos, menosprecios y balardonadas contra aquellas personas que tienen un pensamiento conforme a las enseñanzas tradicionales de la Biblia o cosa parecida, antes que éstas últimas quienes han cerrado sus bocas ya que no se hallan a la altura mediática o circunstancial que gozaban hacia inicio de siglo XX.
Pero fuera de toda polémica sobre veracidades, una teórica, la otra revelada, pero ambas sin un sustento concreto particular. Ambos grupos se debaten por la veracidad de sus parámetros, por la realidad de sus tiempos, por la autenticidad de sus pruebas y lo peor del caso es que ambas se manifiestan exactas.
La realidad ha demostrado que tanto uno como otro han destruído por completo la credibilidad de la ciencia y la racionalidad de la religión, ambas instituciones que en mutua guerra, no consiguen sacarse ventaja ya que lo que lograrían unidas lo destruyen en sus constantes desvalorizaciones, atrayendo aquellas mentes perversas, tecnócratas, teócratas, incapaces de gobernar una en el modernismo y posmodernismo, y la otra en la antigüedad y medioevo.
Es decir, parece que buscan insansablemente mantener al hombre en la ignorancia sobre su existencia, sobre su forma de ser. La filosofía en tanto intenta despegarse, no logra ya dar con una razón sino con un confuso mundo de conceptos que en realidad ni su creador entiende, o cree.
Entonces, qué hacer. Crea. Puede no hacerlo, pero será víctima de quien tenga la sartén por el mango en este momento. Por lo tanto, debe creer para ser libre. Y creer implica sinceridad y un corazón dispuesto a indagar aún en aquello que uno crea. Por lo tanto espero que sepa creer.
Yo creo, y si no fuera por mi creencia, por mi fe que no es mía en absoluto, y por lo tanto puedo estudiar, profundizar y sobre todo cuestionar. Aún más, el mismo que me ha dado la fe para creer me pide que le cuestione, le pregunte, indague, dude y ahonde en ella.
¿Su creencia, le permite eso? ¿Al punto de llegar a tener que modificar radicalmente su visión?

No hay comentarios:

Publicar un comentario